Espondilolistesis. Músculos y huesos

Espondilolistesis. Músculos y huesos. Qué es una Espondilolistesis

Espondilolistesis. Músculos y huesos

Artículo publicado en el diario Marca en el que el Doctor García de Sola y el Doctor Miguel Angel Plasencia explican con un lenguaje claro y didáctico qué es la espondilolistesis.

Rafael García de Sola
Director de la Cátedra UAM “Innovación en Neurocirugía”
Jefe del Servicio de Neurocirugía
Hospital Ntra. Sra. del Rosario
Madrid

¿Qué es la Espondilolistesis?

La espondilolistesis “es el desplazamiento de una vértebra hacia delante respecto a la inmediatamente inferior”, explica Miguel Miguel Ángel Plasencia, Jefe de la Unidad de Columna de la Clínica Cemtro.

En la columna, «las vértebras tienen dos partes principales: la zona anterior o cuerpo vertebral, que va a constituir la estructura que sostiene el peso del cuerpo, y la parte posterior, en forma de anillo complejo, que tiene unas estructuras (apófisis articulares) que sirven para asegurar que los cuerpos vertebrales se mantengan uno encima del otro», señala Rafael García de Sola, jefe de Neurocirugía del Hospital Nuestra Señora del Rosario, catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid.

Entre los dos «está el canal por donde van a pasar la médula y sus raíces. Éstas van a ir saliendo entre las vértebras por un orificio denominado agujero de conjunción, cuyo límite posterior son las apófisis articulares. Cuando se mueve la columna, los cuerpos vertebrales basculan gracias a los discos intervertebrales. Y las apófisis articulares también se mueven».

Si hay un fallo en estas apófisis articulares, «el cuerpo vertebral superior no tiene contención y se desplaza hacia adelante. La vértebra se escurre. Esto es la espondilolistesis», describe García de Sola.

«La espondilolistesis congénita es un proceso muy poco frecuente que aparece en edades tempranas, antes de los 40 años». Sin embargo, añade,

«la espondilolistesis degenerativa se está viendo cada vez con mayor frecuencia en personas por encima de los 70 años».

En estas últimas, en muchas ocasiones, «se asocia un componente degenerativo unido a unas apófisis articulares que no están bien conformadas desde nacimiento».

En la infancia tiene una prevalencia de un 5% alrededor de los 6 años de edad y que aumentan en relación al deporte que se realice.

Causas

La causa fundamental es la “degeneración de las articulaciones vertebrales o facetas que se convierten en articulaciones inestables, incapaces de sujetar el deslizamiento de la vértebra superior por el peso corporal”, explica Plasencia.

Existen factores de riesgo asociados como “el sexo, el sobrepeso y la configuración anatómica de estas articulaciones vertebrales, el denominado trofismo, que facilita el desplazamiento vertebral”, señala el especialista.

La causa puede ser «congénita, por falta de osificación de las apófisis articulares (lisis) o por desgaste de estas articulaciones (degenerativa), no siendo capaces de mantener alineados los cuerpos vertebrales», apunta García de Sola.

Esta deformidad “puede asociarse con una ausencia de clínica neurológica, porque los nervios pueden sufrir una disminución de hasta tres cuartas partes del espacio continente sin demostrar alteraciones siempre que sea un proceso progresivo”, indica Plasencia.

Síntomas

Un elevado porcentaje de espondilolistesis es asintomática, siempre y cuando el desplazamiento de la vértebra sea leve.

Cuando el desplazamiento es severo, los síntomas principales son “dolor lumbar cuando el paciente está en bipedestación prolongada o se incorpora de un asiento bajo, asociado o no con irradiación por la pierna o ciática, y el dolor referido a ambos glúteos y muslos que aparece cuando el paciente lleva un tiempo caminando y que le obliga a pararse, lo que se denomina claudicación con la marcha”, señala Plasencia.

Estos síntomas “están producidos por lo que se denomina estenosis del canal lumbar y se puede confundir con otras patologías que también producen estenosis como discopatía degenerativa o colapso del disco intervertebral y la artrosis lumbar avanzada”.

Al final, explica García de Sola «el paciente está cada vez más limitado por el dolor que se provoca al caminar y que puede extenderse a las dos extremidades inferiores, ocasionando claudicación de la marcha o enfermedad de los escaparates».

Al caminar, «las vértebras se mueven y comprimen las raíces nerviosas, hasta ocasionar dolor. La persona se detiene y cede esta compresión, cediendo el dolor».

Como destaca el jefe de Neurocirugía, «hay que sospechar de este problema cuando el paciente refiere lumbalgias desde hace años, que después se irradian a una pierna y, al final, a las dos. Con una progresiva limitación de la marcha y de la calidad de vida».

También es importante saber que los síntomas de la espondilolistesis lumbar, en ocasiones, “se parecen a otras enfermedades como la estenosis en las arterias de las piernas (insuficiencia vascular), el síndrome piramidal, o la artrosis en caderas o rodillas”, según se recoge en el documento Guidelines for the Treatment of Lumbar Spondylolisthesis, elaborado por el Departamento de Cirugía Neurológica, Universidad de California, San Francisco, en Estados Unidos. Por eso, los autores recomiendan, ante un paciente con sospecha de espondilolistesis lumbar, “asegurar que no tiene estas otras patologías para evitar un diagnóstico y tratamiento erróneos”.


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Prevención

No hay posibilidad de prevención de este problema ya que para su aparición “existe un componente anatómico preestablecido”, señala Plasencia. La única prevención para evitar que se haga sintomática esta patología es “realizar ejercicio aeróbico de forma regular, estiramientos de la musculatura paravertebral, fortalecer la musculatura abdominal y evitar el sobrepeso”.

Tipos

    Existen diferentes tipos de espondilolistesis:
  • Congénita: causada por agenesia de la carilla articular superior.
  • Istmica: causada por un defecto en la parte interarticular (espondilolisis).
  • Degenerativa: causada por degeneración articular, como ocurre cuando se asocia con artrosis.
  • Traumática: causado por fractura, luxación u otra lesión.
  • Patológica: causado por infección, cáncer u otras anomalías óseas

La ístmica y la degenerativa son las más comunes.

La ístmica suele aparecer en adolescentes o en adultos jóvenes atletas con un traumatismo mínimo y su causa es el debilitamiento de los elementos lumbares posteriores por un defecto congénito en la porción interarticular (espondilolisis). En muchos casos, este defecto es el resultado de una lesión por uso excesivo o una fractura por estrés.

Diagnóstico

El diagnóstico se puede hacer “con una radiografía lumbar convencional que permite detectar el desplazamiento vertebral”, explica Plasencia, ya que, como apunta García de Sola, «en ella se puede ver claramente cómo está una vértebra deslizándose sobre la inferior».

    Pero, además, según el neurocirujano, el diagnóstico se deberá completar con:
  • Resonancia Magnética, que visualiza la zona de listesis y de estenosis. Diferenciando incluso el agujero de conjunción que puede estar más afectado.
  • TAC, en el que se puede diferenciar muy claramente si es congénita o degenerativa, ya que se distingue muy bien la zona de lisis en las apófisis articulares.
  • Radiografía lateral, en la que el paciente flexiona y extiende el tronco. Es muy importante para conocer si esta espondilolistesis es muy inestable o no.
  • EMG (electromiografía), en caso de que precisamos objetivar el daño que le está causando a las raíces medulares.


Tratamientos

En las fases iniciales y poco sintomáticas, “el tratamiento consiste en medicación antiinflamatoria, fisioterapia y ejercicios que faciliten la tonificación de la zona lumbar como el pilates y la natación”.

La espondilolistesis lumbar sintomática, explica Plasencia, “requiere tratamiento quirúrgico cuyo objetivo es reducir el desplazamiento de la vértebra y estabilizar ese segmento vertebral para que deje de producir síntomas”.

El tratamiento quirúrgico, informa García de Sola, «consta fundamentalmente de dos procedimientos, que se llevan a cabo en el mismo acto quirúrgico. Por un lado hay que descomprimir la raíz o raíces, eliminando hueso y ligamentos. Por otro lado hay que fijar el segmento vertebral mediante la colocación de tornillos pediculares unidos por barras, que consiguen unir las dos vértebras que están inestables».

Cuando el problema es congénito, «se precisan además técnicas de fusión ósea añadidas a la fijación pedicular».

Hoy día, señala el neurocirujano, «estos procedimientos quirúrgicos se hacen con mucha menor agresividad y más seguridad. Para esto se utilizan equipamientos muy sofisticados como es el TAC intraoperatorio, Neuronavegador, Neurofisiología intraoperatoria, motores con fresas de diamante y técnicas mínimamente invasivas».

Otros datos

El pronóstico de la espondilolistesis de menor gravedad suelen evolucionar bien con fisioterapia y con ejercicio activos con hasta un 80% de los casos pero en los grados más avanzados y con sintomatología aguda, el tratamiento más adecuado es la cirugía.

La Sociedad Española de Medicina del Deporte en su documento de consenso Contraindicaciones para la práctica deportiva indican que en los casos de espondilolistesis sintomática (contractura, dolor) o con deslizamiento vertebral

Video de la intervención quirúrgica en un caso de espondilolistesis congénita


2 comentarios en «Espondilolistesis. Músculos y huesos»

  1. A mí me realizaron esta operación el 12 de mayo y estoy igual, con muchos dolores de glúteos al andar. Pero el camino hacia el éxito de la recuperación es andar andar y andar con descansos en cuanto duele. Cuidar una impecable higiene postural y finalmente tener paciencia y fe en el cirujano. Animo

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  2. me realizaron procedimiento quirurgico de espondiolistesis, presento mucho dolor en las piernas, con mucha procupacion por haber realizado esta cirugia

    Responder

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